DE TIRO A MÁLAGA
Málaga y sus alrededores han estado habitados hace mucho millares de años; la mejor prueba son los yacimientos neandertales de La Araña.
Pero la capital de Málaga entró en la historia con la llegada de los navegantes fenicios, aunque existían varias aldeas bástulas.
Los fenicios son los que fundaron en el siglo VIII, en la desembocadura del rio Guadalhorce la colonia Malaka (Cerro del Villar) más algunas menos documentadas en la Malagueta y el propio Gibralfaro. Los fenicios iniciaron un interesada búsqueda de las riquezas naturales de la bahía, la hoya y, con ella, una carrera de reconocimiento de nuestra existencia
En aquellos primeros contactos está el origen de una serie de leyendas, verdaderos enigmas de nuestro pasado más remoto, entre las que sobresalen los mitos de Tartesos y de la posterior colonia griega de Mainake.
FENICIOS, PÚNICOS E IBEROS EN MÁLAGA
Muy cerca de Malaka, los griegos fundan una colonia llamada Mainake, la cual fue arrasada por los cartagineses (o sea, los nuevos fenicios), que dominaron la bahía hasta el 206 A.C. Posiblemente, los motivos económicos que impulsaron a los marineros fenicios a establecer las numerosas colonias que aparecen en la costa malagueña, fueron muy numerosos; entre ellos, la abundancia de madera para su uso en los hornos de fundición, los búsanos, etc.
Entre las actividades económicas que estas colonias desarrollaron, hay que hacer referencia a las industrias pesqueras destinadas a la producción de púrpura y a la salazón; se llegó incluso a acuñar monedas. Nuestras tierras eran una frontera entre dos mundos: los colonizadores de la costa y los íberos del interior.
La segunda mitad del siglo VI es la transición entre las llamadas épocas fenicias y púnica (cartaginesa), y cuando se abandonan la mayoría de las colonias fenicias de nuestra costa. La conquista de Tiro por Nabucodonosor en el año 573 convirtió a Cartago en la heredera del comercio fenicio. Los púnicos de Cartago crearon todo un imperio comercial en el que la costa meridional de España jugó un papel destacado. Tanto, que la historia/leyenda de los Martiricos habla todavía del "rey de Cartago" cinco siglos después de la desaparición de este imperio, lo que prueba lo muy influidos que estábamos por ellos.
En los siglos que van desde fines del VI a.C. al cambio de era, los territorios malagueños aparecen ocupados por dos tipos de gente: los que habitan en la zona costera, denominados Libiofenicios, y los del interior, que los podemos llamar indígenas, íberos o turdetanos. Estas poblaciones quedaron rápidamente captadas por los romanos a comienzos de la segunda centuria y transformándose las más importantes en auténticas ciudades, con cierta autonomía, pero siempre bajo el atento control de los romanos.
viva karmaland
ResponderEliminar