miércoles, 1 de enero de 2014

ESTADO PÚNICO. Cuando Málaga fue capital de España

Estado púnico El Estado púnico o cartaginés y la civilización púnica o cartaginesa fueron un Estado y civilización de la Antigüedad clásica que englobaba la ciudad de Cartago y sus territorios dependientes. Su idioma (idioma púnico), cultura (cultura púnica -literatura púnica, arte púnico-) y religión (religión púnica) provienen de los fenicios. La ciudad de Cartago, inicialmente una colonia fenicia (la palabra latina punĭcus -"púnico"- significaba "fenicio" -del griego phoinikes-), tras la decadencia de su metrópoli (Tiro -incorporada al Imperio neobabilónico en el 573 a. C.-), desarrolló una alianza o liga con otras ciudades púnicas del Mediterráneo occidental basada en la hegemonía de Cartago, que con el tiempo terminó integrando todas las ciudades a sus dominios. Su forma de Estado evolucionó desde una tiranía con ciertas características monárquicas, hasta un sistema plenamente republicano.2 3 La extensión territorial de sus dominios formaron un verdadero Imperio púnico o cartaginés. En sus inicios su territorio comprendía únicamente la ciudad y una pequeña área a su alrededor, lo que obligó a los cartagineses a especializarse en el comercio marítimo para asegurarse las materias y recursos necesarios para la subsistencia. A partir del siglo VI a. C., los cartagineses fueron ocupando gradualmente la región que hoy identificaríamos con Túnez, que constituiría el corazón de la nación. Partiendo de esta área, que se suele denominar metropolitana, se expandieron para crear entre los siglos V y III a. C. un gran imperio mercantil. En su expansión absorbieron las factorías y ciudades fundadas por los fenicios y establecieron otras nuevas en Hispania, Sicilia, Cerdeña, Ibiza y en el norte de África, consolidando además su poder sobre las regiones de Numidia y Mauritania. Su crecimiento territorial y comercial causó por todo el Mediterráneo diversas guerras con las polis griegas. En esta época Cartago alcanzó su mayor apogeo siendo la primera potencia económica y militar del Mediterráneo occidental. A finales del siglo III a. C. entró en contacto con la otra gran república de su tiempo, Roma, la cual también estaba inmersa en un gran proyecto de crecimiento territorial. Las aspiraciones opuestas de ambas repúblicas provocaron el odio y una gran rivalidad entre ambos pueblos. Su enfrentamiento se materializó en las tres Guerras Púnicas, consideradas como las guerras más trascendentes de la antigüedad clásica. Cartago siempre resultó derrotada y los enfrentamientos no cesaron hasta el desmantelamiento de la República de Cartago y la destrucción de su capital en el 146 a. C..4

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